GUATEMALA, ESPECIAL SEMANA SANTA

La aventura comienza en Madrid con un vuelo directo de IBERIA hacia Ciudad de Guatemala. Se recomienda presentarse en el mostrador al menos dos horas antes del embarque. Para quienes viajen desde otros aeropuertos, existen conexiones disponibles (consultar).

Al llegar, un traslado privado nos lleva al corazón de la ciudad. La capital guatemalteca combina tradición y modernidad: desde plazas coloniales hasta zonas comerciales con mercados locales. Podremos pasear por la Plaza Mayor y contemplar la Catedral, un lugar lleno de historia donde se mezcla la arquitectura barroca con el ambiente cotidiano de la ciudad. También es posible descubrir pequeñas tiendas de artesanía, cafeterías con café guatemalteco o probar algunos snacks típicos mientras nos adaptamos al nuevo horario y clima. Este primer contacto con la ciudad permite sumergirse en la vida local y anticipar lo que vendrá en los próximos días.

Partimos hacia Iximché, antigua capital del reino kaqchikel desde 1470 hasta 1524, para conocer sus estructuras y ceremoniales mayas. Las ruinas muestran la arquitectura y planificación de esta civilización, y permiten entender cómo coexistieron con los europeos tras la llegada de los conquistadores.

Tras la visita, continuamos a Ciudad de Guatemala para tomar un vuelo hacia Flores, en el Petén. La isla, situada frente al Lago Petén Itzá, ofrece un primer contacto con la región más tropical de Guatemala. Pasear por sus calles, descubrir tiendas locales y contemplar el lago crea un ambiente de bienvenida único, donde la historia y la vida cotidiana se combinan de manera encantadora.

Tras la visita, continuamos hacia Ciudad de Guatemala para tomar un vuelo hacia Flores, en el Petén. Esta región, cálida y tropical, contrasta con los altiplanos que hemos recorrido hasta ahora. La isla de Flores, situada frente al Lago Petén Itzá, es un lugar donde la historia y la vida cotidiana se entrelazan de manera fascinante. Pasear por sus calles empedradas, descubrir tiendas locales llenas de artesanía y saborear la tranquilidad de los embarcaderos frente al lago ofrece una primera impresión perfecta de la región. El ambiente es acogedor y pintoresco: colores, aromas y sonidos locales nos envuelven, mientras nos preparamos para la aventura de los próximos días, incluida la inmersión en la selva y las ciudades mayas que hicieron grande al Petén.

Comenzamos el día adentrándonos en la selva del Petén para explorar Tikal, una de las ciudades más importantes de la civilización maya. Caminar entre árboles gigantes y escuchar el canto de aves y monos crea un ambiente que transporta en el tiempo. Cada templo y plaza nos habla del ingenio de los mayas: sus sistemas de abastecimiento de agua, la planificación urbana y la construcción de monumentos de más de veinte metros de altura son testimonio de su habilidad y organización. Mientras avanzamos por los senderos, el guía nos explica historias y curiosidades sobre Tikal, desde su esplendor en el periodo Clásico hasta la vida cotidiana de sus habitantes, incluyendo rituales religiosos, comercio y costumbres que aún se mantienen en la región.

Navegar por la selva nos permite descubrir detalles escondidos entre la vegetación, observar pavos ocelados, tucanes, monos aulladores y otras especies que conviven con los restos arqueológicos. Cada templo ofrece una perspectiva diferente y la oportunidad de imaginar cómo se celebraban ceremonias y festividades mayas. El contraste entre naturaleza y ruinas es impactante y nos permite entender por qué Tikal es Patrimonio de la Humanidad.

El regreso a Flores nos deja tiempo para pasear por sus calles coloridas y relajarnos frente al Lago Petén Itzá, contemplando cómo se reflejan las casas y palmeras al atardecer. Este primer contacto con la región nos prepara para profundizar en la riqueza cultural y natural del Petén en los días siguientes.

Tras el vuelo de regreso a Ciudad de Guatemala, nos dirigimos a Antigua, ciudad colonial reconocida por su arquitectura y su historia viva. La llegada permite observar el contraste entre la vida moderna de la capital y el ambiente histórico y tranquilo de Antigua. Pasear por sus calles empedradas es como retroceder en el tiempo; cada esquina revela patios coloniales, iglesias barrocas y casas coloridas que conservan siglos de historia.

Al mediodía, disfrutaremos de una comida típica que nos conecta con la gastronomía guatemalteca y nos prepara para adentrarnos en la Semana Santa, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO. Las calles se llenan de olores a incienso, colores de flores y aserrín teñido, y los vecinos participan activamente en la preparación de procesiones y alfombras. La ciudad entera se convierte en un escenario donde tradición y devoción se entrelazan, ofreciendo una experiencia única de inmersión cultural.

El recorrido por Antigua nos permite descubrir la historia de sus iglesias y conventos, el paso del tiempo reflejado en cada fachada y las curiosidades que hacen de esta ciudad un lugar especial. Cada plaza, cada arco y cada calle tiene un relato que conecta pasado y presente, mientras nos preparamos para la intensidad de las celebraciones del Jueves Santo.

Hoy nos despedimos de Antigua para regresar al aeropuerto de Ciudad de Guatemala. Antes de partir, aún hay tiempo para pasear por plazas y calles, observar los detalles de la arquitectura y sentir el pulso de la ciudad mientras el día comienza. Cada calle cuenta historias de siglos de historia, conquistas y tradiciones que se reflejan en los conventos, las iglesias y los patios coloniales.

Durante el traslado al aeropuerto, podemos repasar mentalmente lo visto: la majestuosidad de Tikal, la serenidad de Flores y la riqueza cultural de Antigua. El viaje de regreso no es solo un traslado, sino un momento para reflexionar sobre la diversidad cultural y natural que Guatemala ofrece. Incluso en esta etapa final, podemos apreciar la manera en que cada región del país mantiene su identidad, desde la cocina local hasta los rituales ancestrales que se preservan con orgullo.

Llegada a Madrid o Barcelona y fin de nuestros servicios. Este último día marca el cierre de un viaje intenso, donde la combinación de historia, cultura y naturaleza ha ofrecido una visión completa de Guatemala. Al desembarcar, llevaremos con nosotros no solo recuerdos visuales, sino también el aprendizaje y la conexión con tradiciones que se mantienen vivas, la experiencia de convivir con comunidades locales y la sensación de haber viajado en el tiempo a través de civilizaciones que aún marcan la identidad del país.